Este fin de semana hemos tenido a nuestros amigos de Barcelona en casa.
No a unos amigos cualquier, no, vinieron los Sans.
Aquí los tenemos en el Bens d´Avall
Normalmente no tengo la oportunidad de poder hablar con nadie de esta aventura nuestra ó como dice Jordi, soy selectiva y los pobres han sufrido este fin de semana en sus carnes nuestro ( mejor dicho, mi ) estrés por este largo proceso, por el que creo que se merecen, no sólo un breve comentario sino un capítulo entero en este blog.
Les he podido llorar un poco, en un cúmulo de sensaciones y una tormenta de sentimientos y han aguantado estoicamente mis comentarios, algunos ahogados desde hacia meses en lo más recóndito de mi corazón.
Resulta muy difícil poder llegar a asimilar que el proceso sea tan largo, que te vaya deteriorando poco a poco y consumiendo.
Si lo ves desde fuera, sólo aprecias algo de papeleo, como cuando presentas la declaración de la renta y esperas la devolución ó el cargo, pero es mucho más. Son luchas, no diremos diarias porque sería una exageración, pero si pequeñas batallas que has de librar con la Administración, con los Notarios, con el Banco, con el Médico y a cada uno de ellos les has de explicar sin querer, cosas que ni siquiera saben muchos de tus amigos y con cada una de estas explicaciones se te abre una pequeña herida llena de deseos, de anhelos, de angustias ... y te viene a la mente esa duda eterna de si todo saldrá bien.
Así que pude explayarme .... contarles lo que sentía, con calma ... y escucharon ... y preguntaron con " normalidad " no como si fueras un bicho raro, sin malicia, sin profundizar en aquellos temas que no interesan más que al público de Salsa Rosa y que en la mayoría de las ocasiones es lo que te suelen preguntar.
Escucharon sin cuestionarnos nada, sin hacer comentarios típicos del amigo del primo que en dos meses lo tuvo todo solucionado. Simplemente escucharon y preguntaron con una inteligencia emocional que agradezco y me dejaron estar, sin mirarme con cara de lástima, pude expresarme con normalidad sin tener que justificar nada, con complicidad y sin cortapisas.
Y hoy Emma, ha seguido leyéndome por mail y animandome sin palabras, simplemente abriendo su corazoncillo y dejando que yo me asome un momento, igual que yo dejé que se asomara al mío.
Por todo este fantástico fin de semana, simplemente puedo decirles GRACIAS.